Los negros africanos fueron apresados generalmente en la costa occidental del
continente africano y sometidos a la esclavitud en
territorio americano, como mano de obra forzada en las plantaciones de caña de
azúcar, cacao, café y tabaco, entre otros cultivos.
Fue un tránsito muy doloroso para los africanos, que tuvo como la gran estación de llegada las islas del mar Caribe. Desde allí, si no se quedaban en las plantaciones caribeñas, eran negociados para ser trasladados a Tierra Firme en viajes que se realizaban con la mayor crueldad, cuidando sólo la sobrevivencia de la mano de obra considerada como una simple mercancía.
En esos traslados, los negros, o inclusive los traficantes de negros, buscaban alimentos que permitieran su manutención: los negros trajeron en sus equipajes algunos alimentos, entre ellos el quimbombó, quingombó, gombo, bamia, okra, ocra, que es la misma planta, es decir, el Hibiscus esculentus, de la familia de las Malváceas.
El quimbombó es de origen africano. Se trajo a América, donde es muy cultivada, tanto en las islas del Caribe como en los estados negros del Sur de Estados Unidos. Es un alimento fundamental en la gastronomía afroamericana. Su fruto, alargado, estriado y gelatinoso se utiliza mucho en los guisos de las cocinas caribeña, creole, cajun y brasileña. E igualmente se utiliza en la cocina griega, apareciendo Grecia como uno de los grandes productores y exportadores del producto.
En nuestro país existe en la tradición de la cocina de Puerto Cabello la sopa porteña o sopa de quimbombó y en el oriente suelñe agregársele a la sopa de pescado tradicional.