Son tantos los beneficios del té verde que deberíamos ponerlo en un lugar privilegiado dentro de casa.
Como bebida habitual posee efectos depurativos en el organismo, sin embargo, funciona mucho mejor si, además, te lo aplicas como tratamiento facial.
Existen varias maneras de aplicarlo:
-Vacía el contenido de una bolsita de té caliente, bien escurrida, y mézclalo con miel hasta formar una pasta. Después aplícalo sobre tu rostro limpio, como una mascarilla, y déjalo actuar durante 10 minutos. Al terminar, lávate la cara con agua templada.
-Prepárate una infusión de té verde como si la fueras a beber. Una vez que la bolsita haya reposado en el agua hirviendo, coge un disco de algodón, mójalo en la infusión y aplícalo por todo el rostro como si fuera un tónico.
Ambas opciones son estupendas para conservar un rostro joven y con más luz.
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