Come más sano sin estresarte
1. Planifica tus compras: Si llenas tu nevera de comida saludable sin saber qué hacer con ella, terminarás perdiéndola y comiendo en la calle. Mejor, sigue estos tips para planear tus comidas y haz tu mercado acorde a lo que realmente piensas preparar.
2. Date meriendas saludables: Ten a la mano bocadillos sanos pero que realmente disfrutes; de poco sirve almorza ensalada y merendar una bandeja de galletas de mantequilla. Algunas ideas ricas y ligeras: fresas, chocolate negro, yogurt, mandarinas, sorbetes, queso ricota, etc.
3. Reduce tus porciones: En lugar de dejar de comer lo que te gusta, limita las porciones, especialmente de aquellas cosas que sean más calóricas. Una vez que te prohíbas un alimento, se convierte en una tentación, así que mejor piensa que son sabores poco frecuentes.
4. Dale sazón: Reduce tu consumo de sal y azúcar refinada, cocinando con abundantes especias, que además de sanas y digestivas, son deliciosas y muy bajas en calorías. Usa curry, comino, picante, canela, clavos y jengibre, o la mecla que gustes.
5. Proponte metas alcanzables: En vez de "quitarte los lácteos", reduce tu cantidad de porciones diarias gradualmente; en vez de ponerte un estricto límite de calorías por día, calcula cuántas consumes actualmente en promedio, y procura cortar un 10 ó 15% para comenzar. Recuerda que ser flexible nos hace más difíciles de quebrar que la rigidez.
6. Incluye vegetales a otras recetas: Si no eres de los que se sirven una taza de verdes al vapor, comienza añadiendo picadillo de zanahorias a tus guisos o arroces, rodajas de calabacín a un pollo, brócoli a una carne salteada o champiñones a un sándwiche, por decir algunos ejemplos.
7. No dejes que el hambre ataque: Si esperas largo tiempo sin comer, cuando lo hagas, comerás demasiado. Mejor, disfruta de pequeñas meriendas entre comidas, que te ayuden a mantenerte satisfecho y con energía hasta llegar a la mesa.
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